A menudo, el calendario nos indica que la fiesta del patrón de la parroquia, del pueblo o la ciudad, del fundador o patrono principal de la orden o congregación, cae entre semana, con lo cual se hace difícil poder tener una celebración con la solemnidad adecuada y la participación general del Pueblo de Dios.
¿Qué hacer en estos casos? Si corre el tiempo ordinario en el calendario litúrgico, la cosa tiene solución. En las Normas universaes sobre el año litúrgico y sobre el calendario podemos leer: «Por el bien pastoral de los fieles es lícito celebrar, en los domingos del tiempo ordinario, aquellas celebraciones que caen entre semana y que tienen mucha aceptación en la piedad de los mismos fieles, siempre que estas celebraciones puedan ser preferidas al domingo según la tabla de precedencia. De estas misas pueden decirse todas las misas en que participa el pueblo» (núm. 58).
Otra cosa es, evidentemente, cuando corre el tiempo de Adviento o Navidad, Cuaresma o Pascua. En este caso la liturgia del domingo no admite cambios.
Aprovechemos, pues, las posibilidades que nos dan los mismos documentos litúrgicos. En el caso previsto, pues, toda la misa puede ser de la solemnidad local, aunque desde aquí aconsejamos que se respete la liturgia de la Palabra, con esa lectura seguida de los textos evangélicos y apostólicos que, domingo tras domingo, van ilustrando la vida de los católicos, con la pertinente homilía que los comenta. En cambio, las oraciones de la misa y el mismo color de los ornamentos pueden ser, claro que sí, de la fiesta que celebramos.
Ah, y por si alguien todavía no sabe dónde consultar la tabla de precedencia de los días litúrgicos, se lo decimos ahora: en cada misal, al final de la Institutio tiene uno esta famosa tabla. ¡No hay que ir muy lejos para saber lo que dice, eh! Consultarla es fácil, gratis, y orienta un montón.
Jaume González Padrós