Vocabulario litúrgico: Akáthistos.

Se llama Akáthistos al himno litúrgico bizantino más antiguo (siglo V) más bello y más popular cantado a María. Parece ser que lo compuso Basilio de Seleucia, padre de la Iglesia, para celebrar el gran misterio de la Madre de Dios patrona de Constantinopla en el santuario de Blanquerna, construido por la emperatriz Pulqueria (450-453) como muestra y prenda de la celestial protección de la Virgen sobre la Ciudad y su Imperio.

La palabra Akáthistos significa: "no-sentados", porque la Iglesia ordena cantarlo o recitarlo estando de pie, como se escucha el evangelio.

La Iglesia bizantina dedica la memoria de este himno al quinto sábado de Cuaresma (sábado del Akáthistos), pero también se puede recitar en muchas otras ocasiones: En Adviento, en las solemnidades de la Virgen, en Pascua, incluso, todos los días. Y es que al rezarlo se descubre su belleza y se le reconoce como la expresión más alta de su doctrina y piedad hacia la Santísima Virgen.

Dividido en dos partes con 12 estrofas cada una, contempla a María en el proyecto histórico-salvífico de Dios uniéndola a Cristo y a la Iglesia, como Madre del Verbo y Esposa inmaculada del Esposo divino. El Akáthistos canta a la creación, al creador, a los anuncios y figuras del Antiguo Testamento, a la venida del Salvador; pero sobre todo, canta a María como Virgen-Madre.

Constatando con alegría que la recitación del himno se está difundiendo también entre los fieles de rito latino, y con la finalidad de "consolidar y difundir esta loable costumbre", la Penitenciaría Apostólica, en el año 1991, concedió al Akáthistos las mismas indulgencias que al santo Rosario, en particular "la indulgencia plenaria a los fieles que lo recitan en las iglesias o en los oratorios, o también en familia en una Comunidad religiosa o en una Asociación piadosa".

El Akáthistos es el único texto que propone en forma orante cuanto la Iglesia de los orígenes, todavía unida, ha creído y dicho de María en sus pronunciamientos oficiales y en su universal consenso de fe.



Adolfo Lucas Maqueda

Publicado en Liturgia y Espiritualidad (2016).