Las siete oraciones que conforman el sacrificio
San Isidoro de
Sevilla dedica un capítulo de su obra De Ecclesiasticis Officiis a «La Misa y sus oraciones» (libro I,
capítulo XV). Para fundamentar el origen apostólico de la Liturgia Hispana, comienza
diciendo que fue el mismo san Pedro el que estableció «el orden de la misa y de
sus oraciones, con las que las oblaciones son consagradas a Dios como
sacrificio». Además, señala que, en todo el orbe, se celebra según este Ordo.
Conforman el
sacrificio siete oraciones que, tal como señala al final de este capítulo, «nos
fueron confiadas por la enseñanza evangélica y apostólica». Pero, ¿por qué son
siete? «La razón determinante del número de estas oraciones, − dice el
Obispo Hispalense −, es, o bien el conjunto septenario de la catolicidad de la santa Iglesia,
o bien por la gracia septiforme del Espíritu, por cuyo don son santificadas las
ofrendas que antes se han presentado sobre el altar».
Continúa el
Santo Doctor comentando cada una de éstas. Como metodología, pondremos el
nombre de las oraciones y, seguidamente, el comentario que hace a cada una:
1.- Oratio
Admonitionis: «es como una advertencia al
pueblo para que se sienta movido a suplicar al Señor».
2.- Alia: «es una invocación a Dios para que, por su clemencia, reciba las
oraciones de los fieles y sus oblaciones».
3.- Post
Nomina: «se pronuncia para el bien de los oferentes o bien de
los fieles difuntos, para que alcancen el perdón gracias a aquel mismo
sacrificio».
4.- Oratio ad
Pacem: «se recita en función del beso de paz, a fin de que,
reconciliados todos entre sí por la caridad, se asocien dignamente al
sacramento del cuerpo y de la sangre de Cristo, para que el indivisible cuerpo
de Cristo no sea objeto de disensión alguna».
5.- Illatio: «(el prefacio) para la santificación de la oblación, a la que son
convocados también para la alabanza a Dios todas las criaturas terrenas y todas
las potencias celestiales». Además, menciona que en esta oración se canta el Hosanna in excelsis recordando el
nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo: «porque, cuando nació el Salvador,
del linaje de David, para la salvación del mundo, este canto se elevó a las alturas».
Mientras que en la versión romana del Santo aparece tanto en la primera como en
la segunda parte el Hosanna in excelsis,
por el contrario, en la versión hispano-mozárabe, en la primera parte se dice Hosanna Filio David y en la segunda Hosanna in excelsis.
6.- Post Pridie: «contiene la confección del sacramento, para que la
oblación que se ofrece a Dios, santificada por el Espíritu, se transforme en el
cuerpo y sangre de Cristo».
7.- Pater
Noster: «la última oración de todas ellas es aquella con la que
nuestro Señor enseñó a orar a sus discípulos». El Obispo Isidoro, citando a los
santos Padres, hace una descripción de las siete peticiones que contiene la
Oración Dominical: mientras que en las tres primeras se piden los dones
eternos, en las cuatro últimas se piden los dones temporales, cuya función es
poder alcanzar los primeros.
Comienza con
la invocación al Padre, continúa con las tres peticiones «que tienen aquí su
inicio, pero se orientan a esperar en aquella vida en la que la santificación
de Dios, su voluntad y su reino permanecerán de manera inmortal en sus santos»
y finaliza con las otras cuatro.
En la primera
de las peticiones de esta segunda parte se pide «el pan de cada día, tanto para
el alma como para el cuerpo»; tras el subsidio del pan, en la segunda se pide
el perdón «teniendo presente el ejemplo de la indulgencia fraterna»; en la
tercera se pide que no nos dejemos llevar por la tentación del pecado y, en la
cuarta, «suplicamos también la protección de Dios para que nos veamos libres
del mal».
San Isidoro,
tras comentar las siete peticiones, señala dos cosas: en primer lugar, referida
a las cuatro peticiones de la segunda parte, dice que «en la vida futura, nada
de esto precisaremos (dones temporales)» y, en segundo lugar, que esta oración
la enseñó el mismo Salvador y «en ella encontramos tanto la esperanza de los
fieles como la confesión de los pecados».
Salvador
Aguilera López
Nota: para la versión española
del De Ecclesiasticis Officiis hemos hecho uso de la traducción publicada por el Centro de Pastoral Litúrgica en Los Oficios Eclesiásticos. San Isidoro. Cuadernos
Phase 200, Barcelona 2011, pp. 28-29.