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Consideremos
que a veces olvidamos las cosas fundamentales y es posible que incluso los
mismos celebrantes perdamos de vista lo que estamos haciendo cuando estamos en
el púlpito, en confesonario o en el altar. Hacemos y decimos todos los días las
mismas cosas, las mismas frases; pero nos debiéramos preguntar con alguna
frecuencia: ¿Cuál es el significado de estas palabras? ¿Qué se quiere decir con
estos gestos? Saborear las cosas del
culto desde la fe y desde el buen hacer y el buen decir nos ayuda a vivir la predicación,
la confesión y la eucaristía. Al final, siempre es lo mismo: lo que nos falta
es la formación litúrgica y, sobre todo, conversión, unción y devoción. Ciertamente,
necesitamos hoy día comprender desde la fe el sentido profundo de los gestos y
las fórmulas de las celebraciones litúrgicas. Por tanto es preciso acercarnos
con respeto a la sagrada liturgia para saber celebrar y estas formas nos
llevarán a una verdadera participación, que facilitará una vida cristiana
auténtica.
Pedro Fernández Rodríguez, OP
[1] Cf. R. GUARDINI, “Lettera sull´atto di culto e il
compito attuale della formazione liturgica”. Humanitas 20 (1965) 88.
[2] S. TOMÁS DE AQUINO, Summa theologiae, I-II, 76, 2c.