Andrea Grillo, La forma rituale della fede cristiana.
Teología della liturgia e dei sacramenti agli inizi de XXI secolo, Trapani
2011: Il Pozzo di Giacobbe, 209 pp.
Andrea Grillo, profesor ordinario de Teología Sacramentaria en el
Pontificio Ateneo Sant’Anselmo de Roma y docente del Instituto de Liturgia
pastoral Santa Giustina de Padua, es un autor bien conocido para quienes
estudian la teología litúrgica y sacramentaria. En su trabajo ha prestado una
especial atención a las cuestiones referentes a la epistemología de la ciencia
litúrgica en su dimensión teológica. En este aspecto, entre sus obras destacan Teologia fondamentale e liturgia (Padova 1995); Introduzione
alla teologia liturgica (Padova
1999); y La nascita della liturgia nel XX
secolo (Assisi 2003).
La obra que reseñamos se inscribe en el surco de sus trabajos anteriores
y procede de un curso impartido diez años antes en el seminario de Noto
(Sicilia), revisado y completado. El libro se divide en dos apartados bien
distintos. La primera parte afronta los temas centrales para la comprensión de
la teología sacramentaria en su globalidad (De
sacramentis in genere, pp. 12-122), mientras que en la segunda, de
naturaleza ejemplar, aborda algunas cuestiones específicas referentes a algunos
de los sacramentos: Eucaristía, penitencia y matrimonio (De sacramentis in specie, pp.125-204).
Tras una breve introducción en la que el autor pasa reseña a la crisis
sufrida por la teología sacramentaria clásica a mediados del siglo xx, el capítulo segundo ofrece el punto
central de su pensamiento y presenta el modelo teórico que, en su opinión,
permite una auténtica y completa comprensión del hecho sacramental, a partir de
cuanto ya había desarrollado en sus trabajos anteriores. Andrea Grillo es bien
consciente de que –según los presupuestos de la constitución Sacrosanctum
Concilum del Concilio Vaticano II, fruto del despliegue de la teología del
culto y de la liturgia en el siglo xx–,
la perspectiva propuesta por la teología sistemática no es capaz ya de
garantizar, por sí sola, una correcta hermenéutica del sacramento (cf. p. 24).
Parece necesario, por el contrario, enriquecerla desde un punto conceptual y
estructural a partir de los presupuestos de la teología de la liturgia. En
realidad se trata de procurar una interpretación que sea capaz de integrar los
saberes litúrgico y sacramental.
En este modelo de comprensión, A. Grillo propone un cambio paradigmático
del principio hermenéutico de la teología sacramentaria clásica, mediante la
sustitución de la inserción del sacramento «in
genere signi et causa» por su
interpretación «in genere symboli et
ritus». Tal modelo pretende
situar el sacramento en su lugar propio que es la celebración ritual, para
franquear así los límites de la tradición teológica sistemática que corría el
peligro de reducir el gesto sacramental a la sola significación. El autor
explica la necesidad de este cambio a partir de su ya conocida afirmación de la
necesidad de una reintegración del
rito en la articulación de la comprensión sacramental, de manera que se supere
así tanto su presuposición, propia de
la teología manualística de impronta escolástica, como su remoción, característica de la teología moderna desarrollada a
partir de los años cincuenta del pasado siglo, especialmente en la vertiente
que surge del denominado «giro» antropológico. En efecto, si la tradición
tomista, por una parte, obviaba que el sacramento es una actio y no simplemente un ens,
la «escolástica» moderna ignora que la mediación esencial para la vida del
cristiano es la praxis ritual. De aquí la urgencia de que la teología
redescubra el papel fundante y estructural del rito de culto en relación con la
fe.
En este contexto, el autor estudia cuatro
perspectivas: a) la perspectiva teorética, con un modelo de relectura de la
relación entre teología y rito; b) la perspectiva histórica, donde analiza el
modo como tres disciplinas teológicas (teología sacramentaria, litúrgica y
fundamental) se han acercado al sacramento; c) perspectiva antropológica, donde
se contempla el rito como un momento síntesis entre antropología y teología; y
d) perspectiva teológica, en la que a partir de la correlación entre
“intellectus fidei” e “intellectus ritus” busca un nuevo equilibrio y acuerdo entre
las distintas disciplinas teológicas.
En resumen, nos encontramos ante una obra de indudable interés para el
estudio de la teología sacramentaria. No obstante, como suele ser habitual en
sus trabajos, el autor se mueve en un plano prevalentemente metodológico, sin
ofrecer una propuesta estructurada concreta de una teología sacramentaria a
partir de sus presupuestos. Por otra parte, la necesidad de una refundación de
la teología sacramentaria a partir de la celebración ritual, lejos de ser algo
completamente novedoso, parece una consecuencia ineludible de la comprensión
expresada por el Concilio Vaticano II y, sobre todo, el Catecismo de la
Iglesia católica, que emplaza la doctrina sobre los sacramentos en
el apartado sobre la «celebración del misterio cristiano». De hecho ya Joseph
Ratzinger señalaba que «en relación con la teología de los sacramentos parece
pertinente no proceder de un modo abstracto, sino por el contrario mantenerse
muy “pegados” al acontecimiento litúrgico mismo» (Elementi de teologia fondamentale. Saggi sulla fede e sul ministero,
Brescia: Morcelliana 1986, p. 26). Y, en efecto, Andrea Grillo acierta al
considerar que la forma ritual del
sacramento (su celebración litúrgica eclesial) constituye el ámbito más
adecuado para la comprensión del signo sacramental y su significado teológico. Faltan,
sin embargo, todavía tratados y manuales que desarrollen esta perspectiva de un
modo orgánico.
José Luis Gutiérrez