La "Liturgia" en los Padres del Sínodo «La Nueva Evangelización para la transmisión de la Fe Cristiana» (II)
En la
historia reciente de la Iglesia en Europa, pero también en todas partes ,
existen testimonios y experiencias de este martirio elevados también a iconos
de santidad: y la memoria litúrgica que la Iglesia celebra con
veneración, es el signo perenne de que el martirio es siempre la forma más
explícita y convincente de transmisión de la fe.
- S.
E. R. Mons. Francis Xavier Kriengsak KOVITHAVANIJ, Arzobispo de Bangkok
(TAILANDIA)
La
Conferencia de Obispos Católicos de Tailandia opina que es necesario que todos
los Obispos, sacerdotes, hombres y mujeres religiosos y laicos sean reavivados
de forma concreta en la fe y la vida cristiana con el objetivo de “Ser
discípulos y compartir la Buena Nueva” en referencia a la enseñanza de la
Iglesia, la liturgia, la vida de oración, la formación continua, usando
los medios “BEC” (Basic Ecclesial Communities - Comunidades Eclesiales de
Base), a través de la coordinación de varias entidades católicas y las
comisiones de la Conferencia de Obispos Católicos, sobre todo la Comisión
Episcopal para el Cuidado Pastoral de los Cristianos. La comunidad parroquial
hará posible que las BEC sean un signo de vida activa de la parroquia, que será
una nueva comunidad, una “comunidad de comunidades”, basada en la cultura del
amor y, también, un buen acceso para el cuidado pastoral y la misión “ad
gentes”.
- S.
E. R. Mons. Jean-Baptiste TIAMA, Obispo de Sikasso, Presidente de la
Conferencia Episcopal (MALÍ)
Este es
el contexto en el cual la Iglesia prosigue la nueva evangelización, entendida
como el arraigo de la fe de los fieles y el paso del testigo de la Misión entre
misioneros extranjeros y pastores autóctonos. Desde 1988, celebración del
centenario de la presencia de los misioneros, la Iglesia se esfuerza por ayudar
a hacerse cargo de ellos material y humanamente, para la formación de pastores
locales y de animadores de comunidades, la elaboración de documentos de
catequesis, la inculturación de la liturgia, para reforzar los conocimientos
de la primera evangelización.
- S.
E. R. Mons. William SLATTERY, O.F.M., Arzobispo de Pretoria, Ordinario Militar
para el Sudáfrica (SUDÁFRICA)
En las
actuales estructuras de la Iglesia y a causa de la importancia de la liturgia
y la comunidad parroquial, muchas cosas dependen de los sacerdotes (Instrumentum
Laboris nº 81-89). Con tan pocos formadores cualificados en numerosos
seminarios, ¿los seminaristas viven un encuentro personal con el Señor? ¿Y
quiénes disciernen?
- S.
E. R. Mons. Virgil BERCEA, Obispo de Oradea Mare, Gran Varadino de los Rumanos
(RUMANIA)
Se viven
nuevos retos para los que a menudo no estamos preparados; un mundo lleno de
nuevos ídolos ante los cuales el hombre de hoy se inclina: espacios como clubs
o supermercados abarrotados, respecto a la frecuencia de la práctica
litúrgica. Nuevos templos que exaltan una manera distinta de vivir,
paralela completamente a la propuesta por la Iglesia. Sensaciones fuertes y
rápidas, experiencias intensas: esto es lo que buscan los jóvenes de hoy, y no
sólo ellos.
- S.
E. R. Mons. Sanctus Lino WANOK, Obispo de Nebbi (UGANDA)
Existe
una creciente tendencia por parte de muchachos y de jóvenes adultos a
participar en la liturgia eucarística del domingo, pero sucesivamente
van a escuchar a los predicadores evangélicos en sus reuniones, en la radio o
en la televisión, explicándolo con el hecho de que nuestra liturgia no
expresa de forma adecuada la Palabra de Dios. Los fieles desean ardientemente
predicadores y formadores que les presenten la Palabra de Dios como la voz de
Cristo que les habla a ellos y a su condición de vida.
- S.
E. R. Mons. Franz-Josef Hermann BODE, Obispo de Osnabrück (ALEMANIA)
Del
mismo modo, la cultura, la estética, la música y la literatura son importantes
en una pastoral actual viva. Por eso reforzamos la preparación de los
catequistas voluntarios y el juego de equipo entre todos los servicios de los
bautizados, los confirmados, los encargados, los enviados y los consagrados.
Con este fin sería conveniente ampliar las posibilidades de encomendar a
hombres y mujeres algunas tareas de responsabilidad en la liturgia, la
catequesis y el diaconato.
- S.
E. R. Mons. Emmanuel Adetoyese BADEJO, Obispo de Oyo (NIGERIA)
Reflexionando
sobre el Instrumentum laboris (92-95), creo que la Iglesia necesita
explorar la posibilidad de transformar la celebración de los sacramentos en un
momento más eficaz para hacer que la fe pueda atraer a los no cristianos al
catecismo y al compromiso. Esto se puede hacer si seguimos actualizando las
homilías y los ritos sacramentales mediante formas de arte, lenguaje, idiomas e
imágenes más interesantes que puedan comunicar mejor su poder y su significado.
La
capacidad de atracción de las liturgias multimedia, solemnes aunque
exuberantes, puede hacer que el descontento del hombre moderno se concentre en
la acción del Espíritu Santo para que lo fortalezca frente al consumismo, la
corrupción, el materialismo y el relativismo y así hacer de él un testigo del
Evangelio (Instrumentum laboris 119, 123). La nueva evangelización
podría explotar este modelo que África tiene tanto en cuenta en su liturgia.
16.10.2012
- S.
E. R. Mons. Geraldo LYRIO ROCHA, Arzobispo de Mariana (BRASIL)
La Nueva
Evangelización debe llevar a las personas a la experiencia profunda del
encuentro con Jesucristo vivo. La Sagrada Liturgia es uno de los lugares
privilegiados de este encuentro (cfr. Ecclesia in America, n. 12). El
encuentro personal con el Señor se produce especialmente en la celebración de
la Eucaristía (cfr. Instrumentum laboris, nn. 18-19). Por consiguiente,
las celebraciones litúrgicas tienen el deber sagrado de hacer posible
que se sienta, experimente y viva intensamente a Jesús, Palabra del Padre, que
por su Espíritu está entre nosotros (cfr. Sacramentum Caritatis 14). La
Iglesia cree de la misma manera que reza: Lex orandi lex credendi. La liturgia,
por medio de los ritos y las oraciones, nos da y nos transmite el contenido de
la fe (S C 48). La Liturgia es fuente y lugar de evangelización, pues en
ella Dios habla a su pueblo y Cristo anuncia su Evangelio (cfr. SC 33). Puesto
que la Liturgia es el lugar especial de la presencia del Evangelio vivo
y, por tanto, el lugar privilegiado de la educación de la fe, o también “la
santa mistagogía permanente de la Iglesia”, ello debe aparecer en la forma en
la que es celebrada. La belleza cautivadora y contagiosa del misterio escondido
en los ritos y los símbolos se deben poder expresar con toda su fuerza para que
la Liturgia sea realmente evangelizadora. La nueva evangelización
depende, pues, en gran medida de la capacidad para hacer de la liturgia
la fuente de la vida espiritual. Probablemente nuestra tarea más exigente y el
reto mayor sea conseguir que nuestras celebraciones litúrgicas sean cada
vez más bellas y transparentes de la divina belleza, un momento importante de
experiencia de Dios, de un Dios vivo y verdadero, fuente de una nueva y
renovadora fuerza que dé al cristiano alegría y esperanza, para vivir de Cristo
y en el amor del Señor.
La
conciencia del carácter sacramental de la Liturgia es, por tanto,
sumamente importante en la Nueva Evangelización. Ella nos educa en la fe
precisamente “mediante signos sensibles”. De aquí la necesidad de tomar
conciencia de la importancia del ars celebrandi como la mejor
evangelización, como nos enseña el Papa Benedicto XVI en la Exhortación
Apostólica Sacramentum Caritatis (nn. 38-65). La Liturgia debe
contribuir, a su manera, a la tarea de la nueva evangelización: “La Liturgia
anuncia la Buena Nueva celebrándola” (cfr. SC 33).
- S.
E. R. Mons. Ignatius SUHARYO HARDJOATMODJO, Arzobispo de Jakarta, Ordinario
Militar para Indonesia (INDONESIA)
Me
gustaría contarles una sencilla experiencia que tuve durante mi visita a una
parroquia donde me reuní con un catequista local. Le pregunté: “¿Cuántos
catecúmenos tiene?”. Me sorprendí al oír que tenía más de noventa. Eran muchos.
Le pregunté entonces: “¿A sus catecúmenos, les ha preguntado alguna vez porque
desean ser bautizados en la Iglesia Católica?”. Me respondió: “Muchos dicen que
se conmueven por el modo cómo los católicos rezan durante los eventos público
como bodas o funerales”. Las oraciones conmueven tanto sus corazones porque en
esas ocasiones las invocaciones y bendiciones se dicen en su lengua madre, por
lo que entienden su significado, mientras antes oían las oraciones en una
lengua extranjera, porque los musulmanes rezan en árabe.
La
actividad evangelizadora de la Iglesia es, como sabemos todos, un acto de
comunicación que incluye dos componentes básicos, a saber: la comunicación del
contenido o del mensaje - la revelación de Dios y la fe en Jesucristo - y el
medio de comunicarlo - los medios y la lengua - en el contexto de una comunidad
de fe. En lo que se refiere a la lengua, traducir un texto litúrgico de
un idioma a otro, y esto vale para cualquier otro tipo de texto, nos lleva a
enfrentarnos a veces a retos delicados o incluso a problemas. Por un lado
tenemos la exigencia de una traducción literal. Por otro, todos entendemos que
una traducción literal no siempre es posible, debido a la diversidad y
complejidad de las lenguas. Por ejemplo, cuando un sacerdote se dirige a la
gente: “Dominus vobiscum”, y la gente debe responder “Et cum spiritu tuo”, la
palabra “spiritus” se traduce “roh” en nuestro idioma, lo que podría evocar la
idea de un “espíritu maligo”, por lo que “et cum spiritus tuo” significaría
para algunas comunidades “con tu espíritu maligno”.
Mi
deseo, espero no ser el único, es que la traducción de los textos litúrgicos
no deba ser siempre literal, pues hay que tomar seriamente en cuenta la
diversidad del origen cultural. ¿Podría aplicarse el principio de subsidariedad
a la tarea de traducción, incluso en otras áreas de la vida de la Iglesia
local, siendo la subsidariedad el espíritu del Vaticano II?. De este modo
mantenemos nuestra “fidelidad a un mensaje del que somos servidores, y a las
personas a las que hemos de transmitirlo” (EN, 4). En especial con respecto a
los jóvenes, que viven inmersos en una cultura dominada por los medios de
comunicación, la Iglesia debe esforzarse por transmitir su mensaje en un idioma
que conmueva sus a corazones.
De este
modo, la Iglesia local será cada vez más comunicativa y expresiva y, en
consecuencia, la fe de la gente recibirá más energía y tendrá una mayor
importancia en sus vidas y en su compromiso católico con la Iglesia y en el
mundo.
- S.
E. R. Mons. Franz-Peter TEBARTZ-VAN ELST, Obispo de Limburg (ALEMANIA)
El
número 92 del Instrumento de trabajo, refiriéndose a Evangelii nuntiandi,
recuerda que la evangelización es un proceso compuesto por fases y niveles. El
catecumenado de la Iglesia primitiva es un ejemplo de ello. En Alemania, así
como en otros países, desde hace casi veinte años observamos que el
catecumenado se ha convertido en uno de los grandes frutos del concilio.
Gracias a la práctica renovada del catecumenado, tres circunstancias han
inspirado la búsqueda de una nueva evangelización: la vías de la fe necesitan
contenidos de fe. Nace de esta manera un examen de la fe que modela una identidad
de la fe. Por ello, biografía y mensaje no se oponen entre sí; en la fe, de
hecho, se trata de aprender una vida que sea digna y capaz de existir siempre.
La liturgia no es obra del hombre o frenesí creativo. La liturgia
catecumenal les hace comprender, tanto a aquellos que piden ser bautizados
como a los que ya lo han sido, que la vocación de la persona a la fe es
iniciativa y obra de Dios. Una liturgia que refleje esto se convierte en
una escuela de catequesis. Es la vocación de los individuos la que lleva a la
comunidad a la segunda conversión, es decir, a una nueva evangelización.
- S.
Em. R. Card. Angelo BAGNASCO, Arzobispo de Génova, Presidente de la Conferencia
Episcopal (ITALIA)
La
evangelización tiene un carácter profético; ésta se realiza - como toda “la
economía de la Revelación” - con hechos y palabras intrínsecamente conexos
entre sí (cfr. DV 2). El profeta es aquel que lee las circunstancias y los
acontecimientos con la mirada de Dios: capta en ello la verdad sobre Él y, por
tanto, ve su orientación interna, podríamos decir, el resultado. Pero el
profeta es también aquel que anticipa de forma simbólica el camino de la
historia. Bajo este horizonte, la vida de la comunidad cristiana, el servicio
ramificado y el testimonio de la caridad, la divina liturgia, el anuncio
del Evangelio,... tienen un carácter profético, porque hacen encontrar
realmente la humanidad nueva que Jesús inició con su sacrificio, o porque
anuncian explícitamente las palabras de la revelación que salva, o porque
desenmascaran el espíritu de mentira que inspira ideas y comportamientos que
conducen no a la felicidad, si no a desiertos tristes e inhumanos. Por esta
razón, el juicio que a veces se lee, según el cual en la Iglesia faltaría la
profecía, es injustificado. Cristo ha de ser anunciado completamente, en su
Persona y en sus implicaciones antropológicas, éticas y sociales. Sin esto, la
fe permanecería emotiva e irrelevante para la vida concreta.
- S.
E. R. Mons. Stanislav LIPOVŠEK, Obispo de Celje (ESLOVENIA)
Me
refiero al Instrumento de Trabajo n. 138, donde está escrito que se debe ayudar
a las comunidades cristianas locales, comenzando por las parroquias, a adoptar
un estilo más misionero de presencia dentro del tejido local.
En la
Iglesia de Eslovenia este estilo misionero de las parroquias se ha favorecido
durante todo el período del postconcilio, cuando hemos tratado de dar vida a
diversas indicaciones y líneas pastorales de los documentos pastorales
conciliares y postconciliares. A nivel de las diócesis y también a nivel
nacional se han preparado diferentes “foros pastorales” para fomentar la vida
cristiana en las parroquias, siempre en las dimensiones principales de la
misión salvífica de la Iglesia, que se lleva a cabo a través de la
evangelización, de la liturgia y de la diaconía.
- S.
E. SILUAN [Şpan], Obispo de la Diócesis Ortodoxa Rumana en Italia (ITALIA)
La proclamación del Evangelio a través de la Liturgia y la Caridad
Mensaje de Su Beatitud Daniel, Patriarca de Rumanía
El tema
de la XIII Asamblea del Sínodo de los Obispos Católicos de todo el mundo sobre
la Evangelización atañe a todos los que llevan el nombre de Cristo (cfr. Hechos
de los Apóstoles 2,38), ya que la evangelización y la transmisión de la fe
constituyen al mismo tiempo una vocación y un deber para la Iglesia y para cada
cristiano individualmente.
El mundo
secularizado y descristianizado en el que vivimos hoy necesita apóstoles o
misioneros, como fueron los Apóstoles de Cristo Señor y los Santos Padres de la
Iglesia. Hoy, de nuevo, los primeros en ser llamados a cultivar intensamente el
celo apostólico para la evangelización somos nosotros, los obispos de la
Iglesia de Cristo, junto con todo el clero y todos los laicos creyentes.
Una vida
litúrgica profunda es la fuente principal para la renovación del compromiso
de evangelización. La Santa y Divina Liturgia eucarística es fuente de
luz para proclamar su amor caritativo y para promover la obra de caridad de la
Iglesia.
En otras
palabras, la vida espiritual debe ser la fuente principal de la acción social,
con objeto de que no se reduzca a una ética humanista secularizada. De manera
especial, las familias cristianas, las parroquias y los monasterios que rezan
intensamente, y al mismo tiempo realizan obras de caridad, son fuentes de
esperanza y de renovación para la evangelización. Si el sufrimiento, la
pobreza, la soledad y la injusticia social son a menudo fuentes de
desesperación y violencia, la oración personal o comunitaria y la acción social
cristiana son fuentes de esperanza, de paz, de solidaridad y de santidad. La
santidad es verdaderamente el antídoto contra la secularización.
Creemos,
por tanto, que el vínculo permanente entre la Liturgia y la Caridad,
rasgo fundamental de la santa tradición apostólica, es de gran ayuda para la
evangelización de nuestra generación contemporánea, especialmente con el uso de
instrumentos de catequesis, pastoral y misionera, adecuados a los tiempos de
hoy.
Deseamos
que Vuestra Santidad, Vuestras Eminencias y Excelencias, así como todos los
participantes en los trabajos de este Sínodo, reciban una abundante ayuda del
Señor Jesucristo para la nueva labor de evangelización de la sociedad humana de
hoy.
Con
profunda estima y amor en Cristo Señor.
INTERVENCIÓN
DEL INVITADO ESPECIAL, FR. ALOIS, PRIOR DE LA COMUNIDAD ECUMÉNICA DE TAIZÉ
(FRANCIA)
La
búsqueda de una relación personal con Dios, a través de la belleza de los
cantos, el silencio, la sencillez de la liturgia, está en el centro de
estos encuentros. Este ecumenismo de la oración no fomenta una tolerancia
superficial. Favorece una escucha mutua exigente y un verdadero diálogo.