Hace poco tiempo leía sobre el Oficio Divino de la Liturgia Etíope, una de las muchas Liturgias pertenecientes al Oriente Cristiano; y en uno de los capítulos me encontré con un libro litúrgico llamado “Tä’amrä Maryam”, cuya traducción es: “Los Milagros de María”. Este libro es una traducción, al menos en parte, del árabe al ge’ez durante el reinado de Negus Dawit I (1382-1413) y según la tradición local la paternidad de este libro es atribuida a nuestro venerado Arzobispo.
La primera pregunta que cabría hacerse es: ¿cómo llegaron los escritos atribuidos a San Ildefonso hasta el cuerno de África? Los escritos llegaron a través de Egipto, ya que los Alejandrinos fueron los evangelizadores de Etiopía, y la traducción de los escritos al ge’ez se hizo del árabe; además, las indicaciones precisas sobre su uso en las celebraciones del Oficio Divino fueron heredadas de la Iglesia Alejandrina.
En el llamado canon de al-Mu’allaqah, donde se encuentran estas indicaciones, se nos dice que en una reunión de los obispos de la Iglesia Copta Alejandrina en la Iglesia de al-Mu’allaqah se estableció que el libro de los “Milagros de María” fuese leído en las celebraciones marianas más importantes del año litúrgico. En la Etiopía de los siglos XV-XVI existían fuertes grupos heréticos que eran anti-marianos, razón por la cual esta obra gozó de una gran y rápida difusión.
Hasta el día de hoy es uno de los libros más usados y venerados durante el año litúrgico; y nuestro Santo Arzobispo Ildefonso cuenta también en el Ciclo de los Santos con una celebración anual.