Llegados al final del Año Civil os presento dos oraciones tomadas de nuestra venerable Liturgia Hispano-Mozárabe que sintetizan los sentimientos que hemos de tener: perdón y acción de gracias.
Petición de Perdón:
A Ti, Señor Cristo Jesús, a Ti, Dios que salvas en plenitud a los hombres y Hombre singularmente poderoso en Dios, te invocamos, alabamos y rogamos que te hagas presente, nos perdones, compadezcas y absuelvas; que suscites en nuestros labios palabras que escuches, y concedas a nuestra actividad realizaciones que bendigas.
No pedimos que se repita entre nosotros tu nacimiento corporal tal como aconteció antiguamente…; sino pedimos que se entrañe en nosotros tu invisible Divinidad. Que lo que entonces fue concedido según la carne, aunque individualmente, a María, se conceda ahora espiritualmente a la Iglesia: que una fe íntegra te conciba, te alumbre el espíritu libre de corrupción y te lleve dentro el alma fecundada por la fuerza del Altísimo.
No te alejes de nosotros, sino procede de nosotros. Sé realmente nuestro "Emmanuel", Dios-con-nosotros. Dígnate permanecer y luchar por nosotros, pues combatiendo Tú venceremos nosotros.
Líbranos, te rogamos, de los inmundos harapos del pecado Tú, que a causa de esos pecados nuestros, toleraste ser fajado con la suciedad de los pañales. Que tu leche nutra a los pequeñuelos de tu Iglesia. Que el delicado manjar de niños alimente de tal modo a los débiles que las fuerzas se hagan más y más vigorosas día a día para saborear un alimento más fuerte y sólido. Y de tal modo sepamos mantener la voluntad pura y la fe firmísima, que siempre nos esforcemos por alcanzar, con tu auxilio, la vida perfecta.
R/. Amén.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
(Alia de la “Misa de la Natividad del Señor” del Rito Hispano Mozárabe)
Acción de Gracias:
Es justo y necesario darte siempre gracias, Señor, Padre santo, Dios eterno y por Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro.
El cual, nacido de ti, Dios Padre, antes del tiempo juntamente contigo y con el Espíritu Santo dio origen al tiempo, y en el curso del mismo quiso nacer del seno de la Virgen María. Él, eterno como es, ha establecido la sucesión de los años durante los cuales el mundo se va desarrollando. Y ha dado al curso de cada año una inconfundible variedad, gracias a las distintas y determinadas etapas de la órbita solar.
Hoy celebramos el final de un año y el comienzo de otro ofreciendo este sacrificio al Dios vivo, agradecidos por el año que termina y por el inicio del nuevo. Ahora, que un santo y común fervor nos ha reunido para la oración, te presentamos, Dios Padre, nuestras humildes preces; tú que consagraste el curso del tiempo con el nacimiento de tu Hijo, concédenos un año de paz y que podamos dedicar sus días a tu servicio.
Llena la tierra con sus frutos, libra nuestros cuerpos de la enfermedad y a nuestras almas del pecado. Aparta los contratiempos, destruye el poder del enemigo, líbranos de la indigencia, aleja de nuestro país toda clase de mal…
R/. Amén.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
(Illatio de la “Misa del Comienzo de Año” del Rito Hispano Mozárabe)