Viernes IV de Cuaresma - Estación en San Eusebio, en el Esquilino.

El título de San Eusebio surge junto a las ruinas de la mostra dell'acqua alessandrina en una localidad llamada, desde los tiempos antiguos, "trofei di Mario". El que al entrar en piazza Vittorio ve esta iglesia situada sobre una escalera como una palafitta, difícilmente ni imagina la gloriosa historia. Fue la casa del valiente sacerdote Eusebio condenado allí dentro a morir de hambre por el emperador arriano Constancio II. En el año 357 por veneración a este mártir se convirtió en el “Titulus Eusebii” atestiguado posteriormente en los Sínodos. Aquí había una gran fosa común para los esclavos y desheredados que no poseían tumba. Será Horacio el que describa con atroz realismo la montaña blanquecina de huesos invadida de perros y da streghe. Cuando Mecenate construyó aquí su villa, cuyo auditorio se puede ver hoy aún, Horacio finalmente dirá: “Se puede ahora habitar sobre un Esquilino depurado”. Fue Gregorio IX en 1230 el que construyó una iglesia de cuyos restos queda aún el ábside y el campanario de tipo romano. El actual proyecto se remonta al 1719. En esa época, Rafael Mengs representó la gloria del Mártir Eusebio. Esta iglesia, colocada en la actual plaza, es el importante anillo de unión entre el Laterano y la Basílica Liberiana. Desde que la iglesia de San Antonio abad se convirtió en la capilla del Russicum, es aquí donde el 17 de Enero son bendecidos los animales.

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(Traducción del original italiano: Salvador Aguilera López)