Lunes II de Cuaresma - Estación en San Clemente (junto al Coliseo)

También esta estación se lleva a cabo en la ladera del Monte Celio, en una de las basílicas romanas más importantes, el título de San Clemente. De hecho aquí reposa el cuerpo del que según la lista ordinaria fue el cuarto Papa, después de Pedro, Lino y Cleto. Identificarlo con el Clemente nombrado por San Pablo en la Carta a los Filipensis, es posible cronológicamente, pero no es seguro; abandonada del todo está la identificación de éste con Flavio Clemente Console e Martire. Ciertamente conocería a los Apóstoles y quizás fuese ordenado por San Pedro. a
A esta Basílica, la mejor conservada a pesar del paso del tiempo, fueron transportadas las reliquias del Santo Pontífice en el siglo IX, de ello se encargaron los Santos Cirilo y Metodio.

En la basílica inferior, en los años 417 y 499, tuvieron lugar los Concilios organizados por los Papas Zósimo I y Símaco.

En el 1084 Roberto il Guiscardo, junto a sus soldados, devastó el templo, veinte años después Pascual II lo reconscontruyó, sepultando parte de la basílica subterránea. También hicieron restauraciones Sixto V y Clemente XI, utilizando los diseños de Fontana.

En el interior de la iglesia domina el mosaico arbor vitae que extiende sus ramas entre Crsito que triunfa, entre los Apóstoles, las Vírgenes y los Doctores y la Mística Ciudad y, entre todas las criaturas.

La procesión estacional, todos los años, comienza y se desarrolla en la basílica subterránea del siglo IV, como una iglesia colecta, donde se funden los cantos, cuyas notas llegan al precioso techo del setecento, perdiéndose en el camino de la procesión que se aleja por los pasillos de la iglesia subterránea; una vez atravesado el quadriportico se llega a la iglesia superior donde, recorriendo la nave central, entre el incienso humeante de los turíbulos y los mármoles cosmatescos salpicados de hojas de laurel, se llega al altar.

Son los religiosos dominicos irlandeses los encargados de la supervisión de las excavaciones y de conservar, hasta hoy, todo este magnífico complejo. Pretender resumir, en el poco espacio disponible, todos los fondos que tiene la iglesia, sobretodo de San Clemente y de otros monumentos del lugar, sería una ilusión.

Aquí, bajo los arcos venerados y estrechos del templo, por los méritos y la intercesión del mártir San Clemente, la petición del alma se funde con los antiguos misterios y con el esplendor del arte para glorificar a Dios.

(Traducción del original italiano: Salvador Aguilera López)