Esta curiosa liturgia que comentaré a continuación nunca mejor que ahora tiene una pasmosa actualidad, sobre todo cuando constatamos que en último día del año y el primero del nuevo año se han incrementado una serie de ritos profanos y de paganismo, en definitiva, que amerita recordar cómo la iglesia en época antigua combatía dichos ritos con un oficio para prohibir los ídolos. Esto se realizaba junto con las celebraciones del Año Nuevo: la octava de la Navidad , la circuncisión del Señor, el Natale de Santa María. Pero entre todas estas celebraciones, la más antigua es el oficio “ ad prohibendum ab idoli” asignado para el Año Nuevo. Entre los paganos era costumbre celebrar este día las fiestas saturnales en honor al dios Jano bifronte, que es la divinidad que ha dado nombre al mes de enero, “Ianuarius”, esta divinidad tenía dos caras, una que miraba al Año Viejo y otra que miraba al Año Nuevo. Dichos festejos tenían toda clase de excesos, conviene apuntar que durante los primeros siglos vivió el cristianismo bajo la presión de toda la ritualidad romano-pagana e incluso muchos años después del Edicto de Milán . Los padres de la iglesia exhortaron en sus homilías para que los fieles no se vieran influenciados por las prácticas paganas de las calendas de enero. Tertuliano y San Agustín llaman la atención sobre el asunto, igualmente los concilios invitando al ayuno y a la oración. El Concilio II de Tours –año 567- habla de las Letanías Penitenciales recitadas durante los tres primeros días de enero “ad calcandam gentilium consuetudinem”. El Concilio IV de Toledo, año 633, indica un ayuno como el de la Cuaresma y prohíbe cantar el aleluya. Los sacramentarios (libros que contienen las oraciones de la Misa ) tenían una Misa llamada “ad prohibendum ab idolis” . Dichas oraciones tienen un carácter penitencial y de prohibición de las orgías que se realizaban en esos días. En el ritual mozárabe (Liturgia hispana) se encuentra la Misa “De initio anni” donde se refiere el rigor del ayuno de estos tres primeros días del año. La solemnidad de Santa María Madre de Dios, parece que se introdujo en relación a esta problemática , ya que ella ha inaugurado un tiempo de gracia. Aunque el origen más remoto de dicha solemnidad estaría en la dedicación de la iglesia de Santa María la Antigua , erigida en el S. IV donde surgía el templo de la “Vesta Marte” envuelto en una famosa leyenda que afirmaba que un dragón devoraba a una de las Vestales el primer día del año. Se dedicó a Santa María pues ella ha pisado la cabeza del dragón y ha traído al Salvador que ha hecho caer todos los ídolos.
Manuel Flaker