El agnus Dei


“El agnus Dei”
Con este título no quiero comentar la aclamación de los ritos de comunión sino una curiosidad de la liturgia romana que merece la pena comentar. El agnus Dei al que me quiero referir es un medallón oval elaborado con cera blanca procedente del cirio pascual del año anterior y otros cirios ofrecidos al Papa por el clero de Roma en la fiesta de las candelas, mezclada con santos óleos y agua bendita. En el anverso tiene en relieve un cordero de Dios recostado o en pie con la cruz y estandarte sobre el libro de los siete sellos del Apocalipsis, lo podríamos denominar, el cordero místico, con la inscripción alrededor “Ecce agnus Dei qui tollis pecata mundi” unido a esto el nombre del Papa que lo consagró del año y el emblema heráldico de Pontífice. En el reverso se ponía en relieve una imagen de un santo de la devoción o los patronos del Pontífice o de la Virgen María. En virtud de su consagración es un sacramental por lo que hace de estas piezas preciadas y muy solicitadas por los fieles por su carácter protector, tanto fue así que los Papas tuvieron que hacer bulas de excomunión para aquellos que falsificaban los agnus Dei. El más antiguo que se conserva data del año 1.370 consagrado por el Papa Gregorio XI. Pero el origen parece que es más remoto todavía. En el año 510 un tal Ennoldius refiere que los fragmentos del cirio pascual eran usados como protección contra las tempestades y las quemaduras. Esta referencia podría ser el origen remoto pero los especialistas no lo aseguran. Es Amalario de Metz en el S. XI en la corte carolingia el primero en documentarlo. El antiguo “liber pontificalis” cita la bendición de la cera que bien podría ser la bendición del Agnus Dei. El Ordo Romanus IX , dice que el archidiácono elabora los Agnus Dei por la mañana temprano el Sábado Santo y que más tarde él mismo distribuirá el sábado “in Albis”. Sin duda ninguna es una curiosidad de la liturgia pascual. De hecho la simbología relaciona los agnus Dei con los recién bautizados. Así el pontifical del S.XIV dice: “ Durante el canto del agnus Dei el Papa distribuye los agnus Dei de cera a los cardenales y a los prelados colocándoselos en sus mitras”. Luego un acólito con una bandeja de plata llena de agnus Dei dice: “Señor estos son los tiernos corderillos que nos han anunciado el aleluya; acaban de salir de las fuentes y están radiantes de claridad”. También es llamado el agnus Dei, reliquia Santa que bendecía el Sumo Pontífice el primer año de sus pontificado y luego cada siete años. En algún momento de su historia se afirma que era el mismo Papa quien los confeccionaba, amasando la cera con polvo de huesecillos de los mártires y el Sagrado Crisma. Igualmente se acuñó la expresión “ bálsamo y cera limpia mezclados con crisma hacen el cordero que te doy como gran don “. En algún momento el agnus Dei se entregaba a los neófitos en el día que deponían sus vestiduras blancas e incluso a los fieles. El agnus Dei es una clara resonancia del texto pascual del Apocalipsis 5,9: Tú eres digno de tomas el libro y de abrir sus sellos, porque has sido degollado. En las iglesias que contaban con algún agnus Dei el sábado “in albis”, éste, se exponía en el altar con gran honor.

Manuel Flaker Labanda