Flash litúrgico publicado en Liturgia y Espiritualidad 40 (2009) 63s.
Jaume González Padrós
Ya hace algún tiempo que un buen amigo me pidió este Flash, y entre una cosa y otra, quedaba sin escribir. Y no por su dificultad, ya que no tiene ninguna, porque se trata de una cuestión clara como el agua (como el agua clara, claro. ¡Ufff!).
En fin, que la pregunta es así de sencilla: ¿ante el Santísimo expuesto en la custodia, hay que hacer genuflexión sencilla, o doble como se acostumbraba?
Para responder debemos hacer nuestra habitual excursión al libro litúrgico competente. Consultamos el Ritual del culto a la eucaristía fuera de la misa, y muy amablemente nos indica en el número 97 lo que sigue: "Al acabar la adoración el sacerdote o diácono se acerca al altar, hace genuflexión sencilla, y se arrodilla a continuación, y se canta un himno u otro canto eucarístico. Mientras tanto el ministro arrodillado inciensa al Santísimo Sacramento, cuando la exposición tenga lugar con la custodia". El texto está describiendo, como ya habrás deducido, avispado lector, el momento previo a la bendición con la custodia o copón.
Lo hemos citado, porque aquí hace una referencia precisa a cómo debe ser la genuflexión ante el Santísimo expuesto a la adoración.
Pero si todavía no estás satisfechi, déjame que te cite otro documento, que es ni más ni menos que el Caeremoniale Episcoporum (dicho así, en latín, suena más importante incluso). En el número 69 leemos: "La genuflexión -que se hace sólo con la rodilla derecha, doblándola hasta el suelo- significa adoración, y por esta razón se reserva al Santísimo Sacramento, sea que esté expuesto, sea que esté reservado en el sagrario; también a la Santa Cruz desde la solemne adoración dentro de la Acción litúrgica del Viernes Santo en la Pasión del Señor, hasta el principio de la Vigilia pascual".
Bueno, ¿qué? ¿comprendido? La genuflexión doble no existe ahora en nuestro rito romano. Los textos litúrgicos lo dejan bien claro; claro como el agua.
En fin, que la pregunta es así de sencilla: ¿ante el Santísimo expuesto en la custodia, hay que hacer genuflexión sencilla, o doble como se acostumbraba?
Para responder debemos hacer nuestra habitual excursión al libro litúrgico competente. Consultamos el Ritual del culto a la eucaristía fuera de la misa, y muy amablemente nos indica en el número 97 lo que sigue: "Al acabar la adoración el sacerdote o diácono se acerca al altar, hace genuflexión sencilla, y se arrodilla a continuación, y se canta un himno u otro canto eucarístico. Mientras tanto el ministro arrodillado inciensa al Santísimo Sacramento, cuando la exposición tenga lugar con la custodia". El texto está describiendo, como ya habrás deducido, avispado lector, el momento previo a la bendición con la custodia o copón.
Lo hemos citado, porque aquí hace una referencia precisa a cómo debe ser la genuflexión ante el Santísimo expuesto a la adoración.
Pero si todavía no estás satisfechi, déjame que te cite otro documento, que es ni más ni menos que el Caeremoniale Episcoporum (dicho así, en latín, suena más importante incluso). En el número 69 leemos: "La genuflexión -que se hace sólo con la rodilla derecha, doblándola hasta el suelo- significa adoración, y por esta razón se reserva al Santísimo Sacramento, sea que esté expuesto, sea que esté reservado en el sagrario; también a la Santa Cruz desde la solemne adoración dentro de la Acción litúrgica del Viernes Santo en la Pasión del Señor, hasta el principio de la Vigilia pascual".
Bueno, ¿qué? ¿comprendido? La genuflexión doble no existe ahora en nuestro rito romano. Los textos litúrgicos lo dejan bien claro; claro como el agua.
Jaume González Padrós