M. Tymister, La concelebración eucarística.
Historia, cuestiones teológicas, rito, CPL: Biblioteca Litúrgica 55,
Barcelona 2018, 360 págs.
El profesor Markus Tymister, doctor en sagrada liturgia y
docente en el Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo, presenta en lengua
española un estudio riguroso sobre la concelebración eucarística. Dividido en
cuatro capítulos, un apartado bibliográfico e índice temático, la introducción
permite al lector hacerse con el léxico fundamental, estudios clásicos y la
conocida distinción anterior al concilio Vaticano II entre concelebración sacramental y ceremonial.
Los cuatro capítulos no tienen el mismo valor y
manifiestan que la obra es una mirada occidental y romana a la cuestión. Esto
condiciona ciertas valoraciones y conclusiones que se expresan en el último
capítulo. El primero aborda la cuestión histórica y algunos de los datos
obtenidos servirán para las reflexiones posteriores. Con la expansión del
cristianismo al ámbito rural las concelebraciones se volvieron cada vez más
infrecuentes. Aunque se dio la concelebración entre presbíteros en comunidades
monásticas, de suyo la concelebración en los primeros siglos giraba en torno al
obispo como celebrante principal. Estos dos datos serán importantes para comprender
la evolución ritual y teológica de siglos posteriores. La amplitud de los datos
que el autor presenta hacen imposible subrayar incluso los más importantes en
el espacio de una breve recensión. Sin embargo, es evidente que el prof.
Tymister se maneja mejor en el contexto occidental. Esto hace que también
cometa algún error, como cuando afirma que los bizantinos rusos practican la
co-consagración verbal, “recitando simultáneamente toda la anáfora” (pág. 138).
En los numerosos vídeos que hay en internet de la divina liturgia presidida por
el patriarca Cirilo I, por ejemplo, se puede comprobar justo lo contrario.
Hecha esta salvedad, la investigación histórica ofrecida es exhaustiva y
justifica ampliamente el valor del libro.
El segundo capítulo ofrece el estado de la cuestión de la
concelebración antes de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II. El autor
amplía en su búsqueda el concepto mismo de concelebración para estudiar
brevemente las ocasiones en las que varios ministros intervienen en una misma
acción litúrgica, como es el caso de la ordenación episcopal y la bendición de
los óleos. Este capítulo es mucho más breve que el primero. El capítulo III,
además, prolonga la situación de la concelebración antes del concilio Vaticano
II aunque esta vez desde el punto de vista teológico. Las cuestiones propuestas
por teólogos como Karl Rahner y asesores pontificios ofrecen el trasfondo
necesario para comprender cómo el Santo Oficio se decanta por la concelebración
verbal. El resto de este capítulo trata con amplitud los debates conciliares
acerca de la concelebración. Quizás sea la parte menos agradable del libro,
pues se puede comprobar el poco conocimiento e interés de los padres
conciliares por la naturaleza de la concelebración y más por cuestiones
meramente prácticas y por solucionar problemas logísticos.
El último capítulo comenta las alusiones a la
concelebración en los libros litúrgicos emanados después de la celebración del
concilio Vaticano II. Esto permite introducirnos en ciertas cuestiones
debatidas y cambios ceremoniales. No obstante, aquí las opiniones personales
del autor pueden ser y seguramente serán causa de discusión para no pocos
lectores. Además de las soluciones prácticas, siempre discutibles, el autor se
inclina a favor del sentido epiclético del gesto de extender la mano durante el
relato de la institución, por poner un ejemplo. También afloran otras doctrinas
teológicas e influencias de teólogos –G.
Greshake– que llevan a distinguir, incluso teológicamente, entre el celebrante
principal –que habitualmente lo piensa como presbítero, dato a tener en cuenta–
y el resto. Con ello se confirma que la cuestión de la concelebración no es
meramente histórica, sino que en ella confluyen varios tratados teológicos: el
sacramento del orden y la eucaristía, sin olvidar la eclesiología.
La concelebración sigue presentando interrogantes
teológicos y prácticos en las nuevas generaciones de presbíteros. El libro del
profesor Tymister ayudará a comprender mejor su sentido e introducir a sus elementos
esenciales a aquellos que concelebran pero también a todo el que busque
profundizar en esta práctica. Se trata, por lo tanto, de una esperada obra que
recoge la evolución y práctica de una forma de celebrar y participar en la
eucaristía.
Adolfo
Ivorra