Libros 2014: P. Fernández Rodríguez, «La Sagrada Liturgia en la escuela de Benedicto XVI», con introducción del Card. Cañizares Llovera.

En el primer mes del año 2014 nos sorprende el Pdre. Pedro Fernández, op (La Ercina, León, 1940) con «La Sagrada Liturgia en la escuela de Benedicto XVI», publicado por la Librería Editrice Vaticana. El libro, de unas 400 páginas, se compone de cinco secciones: Historia, Doctrina, Instrucción, Pastoral y Celebración según el uso antiguo. Las secciones están enmarcadas por una introducción y un epílogo, al que le siguen el índice onomástico y el índice general.

En la introducción, el Cardenal Cañizares Llovera, Prefecto para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos dice que la presente obra: «sin duda ayudará mucho a profundizar y llevar a cabo en nuestros días la renovación litúrgica querida por el Concilio Vaticano II. Una obra que secunda el deseo y el impulso de promover la renovación de la liturgia y la revitalización del sentido litúrgico y de participación en la liturgia tantas veces manifestado – siempre hecho realidad viva en él – por el Papa Benedicto XVI, a mi modesto entender el mejor y más fiel intérprete de la renovación litúrgica conciliar, cuyo magisterio y enseñanzas han sido tan tenidas en cuenta por el autor de esta obra, el P. Pedro Fernández, que no oculta por lo demás su raigambre tomista tan necesaria para entrar dentro del verdadero espíritu de la liturgia».

            El Cardenal Prefecto hace girar toda su introducción sobre dos ejes: la renovación litúrgica del Concilio Vaticano II y un nuevo movimiento litúrgico hoy. En el primero invita a asumir e interiorizar el gran don que Dios nos ha hecho con la renovación conciliar, a la vez que, citando el discurso de Benedicto XVI a la Curia Romana (22-XII-2005), nos insiste en una adecuada y fiel interpretación del Concilio, según la “hermenéutica de la continuidad”. En el segundo eje, nos impulsa a reavivar el sentido de la liturgia en la Iglesia y nos da las claves para un nuevo movimiento litúrgico.

Son muy interesantes, a mi parecer, algunos de los aspectos que el Prefecto del Culto Divino dice que hay que tener en cuenta para la promoción y la revitalización del sentido genuino de la liturgia e impulsar el nuevo movimiento litúrgico: a) necesidad de una cristología y de una eclesiología que afirmen y reconozcan el Christus praesens in Ecclesia; b) necesidad del verdadero sentido de la Tradición eclesial y de la liturgia, especialmente en la Eucaristía, como acto principal de la Tracición viva; c) necesidad de considerar la liturgia como don de Dios, acción de Dios, como culto y respuesta del hombre a Dios.

            El Padre dominico, en la primera sección del libro, hace una síntesis histórica, al igual que un análisis fenomenológico, de la reforma litúrgica. Se detendrá particularmente en la reforma de los textos litúrgicos y en la actuosa participatio para finalizar diciendo que la reforma aún está inacabada. La doctrina será la protagonista de la segunda sección, compuesta de tres apartados: el primado de Dios en la Liturgia, la Liturgia como cuestión teológica y lo esencial de la Liturgia. En el primer apartado se centra en la naturaleza, el tiempo y el espacio en la liturgia, al igual que hablará del arte y la forma litúrgica. En el segundo apartado nos ayudará a descubrir la esencia de la Liturgia: la glorificación de Dios y la santificación del hombre. En la última nos habla de la necesidad de comunidades vivas para celebraciones dignas.

            En la tercera sección, Instrucción, nos mostrará un plan formativo para recuperar el sentido de lo sagrado que nos lleve del ars celebrandi a la actuosa participatio. Sobre la Pastoral a llevar a cabo tratará la cuarta sección, en la que nos recalca que el remedio de una mala pastoral es una buena teología, la cual nos llevará a una pastoral realista. La celebración según el uso antiguo es el título de la cuarta y última sección. En ella analizará Summorum Pontificum y la Instrucción Universae Ecclesiae, que interpreta y aplica el motu proprio.

            En el epílogo, el Padre Pedro nos da los criterios que deben iluminar la formación litúrgica de los laicos y, sobre todo, de los ministros ordenados: a) experiencia espiritual de la gracia y de la trascendencia divinas: que nos llevan a redescubrir el respeto hacia el misterio celebrado; b) belleza en la celebración: pues se entra en la Iglesia por la inteligencia o por la belleza, ya que la liturgia o la Summa Theologiae son vías de acceso a la fe; c) sentido de Iglesia: tan atacado por el laicismo relativista y por la insignificancia de tantos católicos; d) formación del hombre en su interioridad o en su sentido sobrenatural: tan difícil para una cultura tan antropocéntrica y consumística como la actual.

Salvador Aguilera López

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Introducción
            I. La Renovación litúrgica del Concilio Vaticano II
II. Por un nuevo movimiento litúrgico hoy
HISTORIA
            I. Síntesis de la historia de la reforma litúrgica
            II. Análisis fenomenológico de la reforma litúrgica
            III. La reforma de los textos litúrgicos
            IV. La actuosa participatio, clave de la reforma litúrgica
V. Mi respuesta a la reforma litúrgica: una reforma inacabada
DOCTRINA
            I. El primado de Dios en la Liturgia
II. La Liturgia es hoy una cuestión teológica
III. En la Liturgia ¿dónde está lo esencial?
INSTRUCCIÓN
            I. Formación litúrgica
II. Del ars celebandi a la actuosa participatio
PASTORAL
            I. El remedio de una mala pastoral es una buena teología
            II. Pastoral utópica versus pastoral realista
CELEBRACIÓN SEGÚN EL USO ANTIGUO
            I. El motu proprio Summorum Pontificum
II. El retorno a la Misa de san Pío V
III. La Instrucción Universae Ecclesiae.
Epílogo
Índice onomástico
Índice