Festividad de San Lorenzo, Mártir (10-VIII)

En la antigua Liturgia Romana la Fiesta de San Lorenzo era la más grande después de la de los Santos "Corífeos": San Pedro y San Pablo. Incluso se podría parangonar el culto a San Lorenzo en Roma con el que se le tributaba al "Protomártir" Esteban en la ciudad de Jerusalén.




San Lorenzo, según la tradición, nació en Hispania; más tarde se trasladó a Roma donde el Papa Sixto II, elevado al Solio Pontificio en el año 257, lo ordenó Diácono y le encargó que administrara los bienes de la Iglesia y cuidara de los pobres. El Papa San León Magno pronunció en este día ante el pueblo romano, congregado en el Agro Verano, un bellísimo discurso en el que decía que: "el fuego que abrasaba por fuera a San Lorenzo fue menos activo que el del Amor Divino que lo abrasaba por dentro. Este último no le permitió atender al otro. Así también nosotros sofocaremos las oleadas de nuestras pasiones, si nuestro corazón se enciende en el Amor de Dios y de la Virtud".

Su Martirio es descrito en la Passio Polychromi, de la cual se conservan tres redacciones (siglos V-VII); las parrillas en las que fue martirizado se conservan en el vetusto título de San Lorenzo in Lucinis, lugar donde fue elegido Sumo Pontífice el Papa San Dámaso en el año 366.

Los despojos del Mártir fueron depositados en el Cementerio de Ciriaca en el ager Veranus, lugar donde el Emperador Constatino erigió una rica Basílica; más tarde, se abriría una escalera para comunicar la Basílica con el hipogeo del Santo, escalera que aparece mencionada en el Liber Pontificalis en la biografía de Silvestre.

Al ser demasiado pequeña, dado el ingente número de fieles que acudían a la tumba de este Santo Arcediano, Sixto III empredió la construcción de una Basílica más amplia; construyó esta Basilica Maior (Epígrafe del siglo V: "In Basilica Maiore ad Dominum Laurentium") en la cual el ábside quedó adherido al ábside constantiniano, sin embargo, la puerta se abrió hacia la vía Tiburtina es decir, en sentido contrario a la anterior. El Jeronimiano conmemora la dedicación de esta Basílica el 4 de Noviembre: "Dedicatio Sanctorum Xysti, Hippoliti et Laurentii".

Más tarde el Papa Pelagio II reformaría la zona de la cripta, dada la humedad que había, haciendo una iglesia "nova et speciosior" aunque conservó el ábside constantiniano y las antiguas columnas.

La devoción al "Stauroforo" en la Ciudad Eterna llega a tal punto que se construían templos en los lugares que, según la tradición, tenían relación alguna con él: Sancti Laurenti in Formoso, ubi assatus es: en el Viminal; San Lorenzo in Fonte: donde bautizó a uno de sus carceleros; San Lorenzo in Miranda: junto al cual fue juzgado; San Lorenzo in Damaso: donde estaban los antiguos archivos de la Iglesia Romana; San Lorenzo in Lucina: donde se decía que había estado su vivienda; San Lorenzo supra Clementem: junto a Santa María in Dominica, donde ejerció su ministerio de caridad; San Loreno, junto al Título de Ciriaco: donde fue interrogado; además de numerosos oratorios: en el Vaticano, en Letrán y en barrios de la Ciudad; podrían contarse en total alrededor de cuarenta lugares dedicados al Santo Mártir.

El día anterior, el día 9, se celebraba una Vigilia que es mencionada ya en el siglo IV en la vida de santa Melania, donde se cuenta que al no llevarla sus padres por ser todavía una niña, la santa se retiró a su oratorio doméstico y allí hizo por su cuenta la Vigilia en honor de San Lorenzo. Estas Vigilias consistían en: Lecturas Bíblicas, Salmos Responsoriales y Oraciones Sálmicas (así lo atestigua el Sacramentario Leoniano); al despuntar el alba se celebraba la Santa Misa y se daba por terminado el ayuno.

Quisiera finalizar con el gracioso epígrafe que compuso el "Pontífice de los Mártires" para la nueva Basílica de San Lorenzo in Damaso:

"Non mirum est fallax nimium quod flamma minatur
martyris et corpus nil nocitura cremat
namque docet fidei magnam sine vindice poena
ad Caelum mediis ignibus esse viam
hunc etenim fruitur Martyr Laurentius ignem
at meritis summis ne moriatur agit
"

(Fútil es y aparente la amenaza del fuego,
el cual quemó el cuerpo, es cierto, mas no pudo dañar al Mártir.
La llama enseña que la fe, aun en medio de la hoguera,
sabe abrirse un espacioso camino para el cielo,
sin miedo a ningún castigo.
Lorenzo mártir soporta el tormento de este fuego,
y por sus méritos sobrevive a la misma muerte
)