Viernes III de Cuaresma - Estación en San Lorenzo "in Lucina".

La matrona Lucina habitaba en la casa donde ahora se yergue esta iglesia y que habitó, casi con certeza, el Pontifice Marcelo en el año 308, aunque el Título está atestiguado solo en el 366 año en que fue elegido el Papa Dámaso. Será el Papa Sixto III el que, tras una restauración, dedicará esta iglesia a San Lorenzo. En esta iglesia también se conserva el hierro sobre el cual este Santo alcanzó el martirio; aquí reposan los Mártires Alejandro, Evencio y Teódulo, los Santos Vicente, Peregrino, Gordiano, Felícola y Sempronio y los Papas Ponciano y Eusebio. Como todas las iglesias de Roma esta también ha sido sometida a restauraciones. La más completa fue la de Pascual II (se conserva todavía su cátedra con inscripciones) y también más tarde con el característico pórtico y el campanario, ambos "duecenteschi". Pero hacia el 1650 la iglesia fue transformada en estilo barroco. Aquí se venera el precioso Crucificado del genio poderoso de Guido Reni reproducido en el supremo aliento de la inmolación. Fuera del templo la paz del silencio es cotidianamente rota por un mundo lleno de hombres y cosas; por ello el maestro Riccobaldi del Bava ha escrito en su libro, refiriéndose al Crucificado de Reni: "ninguna otra pintura de este artista alcanza tan profunda altura espiritual... este cuerpo tiene en su inmovilidad crucificada la capacidad de volar". (Traducción del original italiano: Salvador Aguilera López)